El Gobierno palestino, sumergido en una crisis económica que empeora por momentos, se reunió ayer de emergencia para tratar los ataques israelíes, que han tenido como resultado la muerte de 15 palestinos en tres días.
El primer ministro Ismail Haniye, se reunió con sus ministros de Exteriores, Mahmud az Zahar; de Interior, Said Siyam y de Información, Yusef Riska, tras la muerte de dieciséis palestinos en las agresiones del Ejército israelí contra la franja de Gaza -que comenzaron hace tres días-, y en Cisjordania.
La última muerte se registró en la tarde de ayer en el distrito de Belén cuando el Ejército israelí segó la vida de Yaber al Ajras, dirigente de los Comités de Resistencia Popular de la ciudad de Rafah, en la franja de Gaza, que había conseguido infiltrarse en territorio de Cisjordania.
Según los observadores, Israel ha colocado al Gobierno de Hamás en una encrucijada, pues si no responde a las agresiones puede perder credibilidad ante el pueblo palestino, mientras que si lo hace el propio Haniye se arriesga a convertirse en blanco del ejercito israelí.