Tras semanas de firmeza inquebrantable, el primer ministro francés, Dominique de Villepin, tendió ayer la mano a sindicatos y estudiantes y les invitó a reunirse hoy con él para tratar de desactivar la crisis abierta por el contrato de primer empleo (CPE).
La oferta de Villepin se produjo en una nueva jornada de marchas multitudinarias de estudiantes, que sacaron a la calle a 450.000 personas en toda Francia -de ellas 50.000 en París- según los organizadores, aunque el Ministerio de Interior rebajó las cifras a 220.000 y 23.000, respectivamente.
Esas marchas se vieron salpicadas con incidentes y altercados, los más graves y violentos en París. Decenas de personas resultaron heridas y 42 fueron detenidas. Unos 30 coches fueron incendiados y los manifestantes lanzaron piedras contra los escaparates de comercios rompiendo los cristales de varios de ellos.
Entre los heridos se encuentran algunos periodistas de varias nacionalidades que estaban cubriendo la manifestación, entre ellos un corresponsal y un cámara de la cadena TV3.El cámara de TV3, Christophe Julien, de nacionalidad francesa, fue ingresado en un hospital con contusiones pero su estado no es grave. El redactor Carles Costa recibió golpes pero no requirió ingreso hospitalario.
Los aparatos de cámara de TV-3 y de Telecinco fueron «destrozados» tras las agresiones según fuentes de las dos entidades, por obra de un grupo de «alborotadores, que no iban a la manifestación a protestar ni a reivindicar sino a aprovechar la confusión para agredir».
Las agresiones se produjeron contra toda la prensa congregada en la parisina Plaza de los Inválidos, y no sólo contra los medios españoles, cuando un grupo de personas «cargaron» contra el grupo, que se juntó para protegerse. Según TV3, Julien recibió «patadas en la cabeza cuando se encontraba en el suelo tras las primeras agresiones».