El Ministerio de Defensa del Reino Unido inició ayer una investigación sobre los supuestos abusos perpetrados por soldados británicos contra un grupo de adolescentes iraquíes, recogidos en un vídeo y revelados en su edición de ayer por el dominical «News of the World».
Bajo el titular de «Brutal», el periódico publicó detalles de los presuntos golpes que los militares asestaron a varios adolescentes iraquíes durante unos disturbios callejeros en Basora, al sur de Irak, a principios del 2004. Según el rotativo, los malos tratos fueron captados en una filmación por un cabo del Ejército al que se le puede escuchar mientras se ríe y anima a sus colegas a pegar a los iraquíes. En uno de los casos, el abuso duró un minuto y se contabilizaron 42 golpes.
El Ministerio de Defensa respondió con la apertura de una investigación urgente, que estará a cargo de la Policía Militar. «Condenamos todos los actos de abuso y brutalidad y siempre tomamos las acusaciones de mala actuación con extrema seriedad», afirmó ayer un portavoz ministerial.
Además, el ministro británico de Economía, Gordon Brown, dijo ayer que se trata de un «comportamiento inaceptable» por parte de los soldados, si es que se comprueba la autenticidad de la filmación. «Los responsables serán sometidos a juicio. Creo que quienes estarán más enfadados por esto serán las tropas leales, trabajadoras y honradas, 80.000 (soldados) que han cumplido con gran distinción en Irak», puntualizó Brown.
El vídeo, que «News of the World» asegura es auténtico y lo obtuvo de una persona muy molesta por lo ocurrido, muestra el momento en que los militares salen corriendo de su instalación militar para detener a unos iraquíes, a los que patean, dan puñetazos y pegan brutalmente con porras.
La persona que «sopló» el incidente y entregó la filmación al dominical también facilitó el nombre del regimiento al que pertenecen los soldados, pero el rotativo decidió no revelarlo por razones de seguridad.
Según «News of the World», el cabo filmó el momento de las palizas por pura diversión. El año pasado, tres soldados británicos fueron condenados a penas de cárcel y expulsados del Ejército por maltratar a prisioneros iraquíes.