EFE-DUBAI
El secuestro de cinco turistas italianos, que fueron capturados el
primero de enero por una tribu en el centro de Yemen, tuvo un
desenlace feliz ayer, viernes, al ser liberados tras intensas
negociaciones.
La buena nueva se conoció en medio de noticias contradictorias sobre la marcha de las negociaciones y del ira y afloja entre el Gobierno yemení y los captores.
Las primera versión, facilitada por un portavoz ministerial yemení a diversas televisiones árabes, aseguraba que la liberación fue posible gracias a que el diálogo emprendido «había llegado a buen puerto».
Sin embargo, fuentes de Seguridad explicaron después que los secuestradores, miembros de la tribu Zaidi, se habían rendido debido al estricto asedio policial, al tiempo que fuerzas de elite asaltaban la casa.Tampoco ha sido aclarado si el Gobierno de Sana se ha plegado o no a las demandas del jefe de la tribu, que exigía la libertad de miembros de su familia encarcelados a cambio de la liberación de los turistas.
La situación se había deteriorado el jueves con las informaciones de una agencia de noticias italiana de que los captores habían amenazado con matar a uno de los rehenes si no se escuchaban sus condiciones.
En este ambiente, los cinco rehenes -tres mujeres y dos hombres atrapados en la provincia central de Maarib- llegaron ayer, cansados pero ilesos, a Sana desde donde se pusieron en contacto con sus familias para tranquilizarlas.
Para el Gobierno yemení comienza ahora un nuevo episodio destinado a evitar otras capturas tras la cadena de secuestros de extranjeros que ha rebrotado en los últimos dos meses.
Antes que los italianos, fueron retenidos en la misma zona, y liberados a los pocos días, cinco turistas alemanes, dos suizos y dos austríacos.
El presidente yemení, Ali Abdulah Saleh, en el poder desde 1978 y artífice de la reunificación del país en 1990, ha prometido mano dura para los secuestradores, que amenazan la emergente industria del turismo.
Yemen, considerado uno de los países más pobres del hemisferio norte, ha apostado por el desarrollo de su potencial en este sector como vehículo de riqueza. En un intento de atajar de raíz este problema, Saleh ha ordenado que cualquier secuestrador de turistas sea procesado y ha dado luz verde para que sean condenados a muerte.