El primer ministro Ariel Sharón, de 77 años, estaba entre la vida y la muerte ayer al sufrir una nueva hemorragia cerebral que sus médicos trataban de drenar en una tercera intervención quirúrgica en las últimas 36 horas. Pero al concluir esa operación, el director del Hospital Universitario Hadassa, Shlomo Iosef-Mor, informó a la prensa de que la situación había mejorado en forma «sustancial» pero, «el estado del primer ministro es todavía grave, aunque estable», advirtió.
Tras esa tercera operación, afirmó, «no quedó ninguna hemorragia activa y los cirujanos lograron liberar la presión dentro del cráneo», consecuencia de la hemorragia, informó el director en su último parte del día, al comenzar en Israel la jornada ritual del descanso sabático, el «shabat».
En comparación con las tomografías a que fue sometido el jefe del Gobierno israelí desde que fue ingresado el pasado miércoles a la noche, después de sentirse mal en su residencia de «Los Sicomoros», «se produjo una mejora sustancial», afirmó Mor-Iosef,
Añadió que los médicos estaban corrigiendo el itinerario de un catéter dentro del cerebro por medio de un instrumento médico computerizado antes de trasladar a Sharón a la sala de emergencias del Departamento de Neurocirugía del Hadassa. El director también informó de que durante la operación le extrajeron coágulos de las anteriores.
Los neurocirujanos habían resuelto a mediodía intervenirlo para drenar una nueva hemorragia debido a la presión que ello le causaba dentro de la caja craneana al agravarse su estado.
«Estoy muy, muy preocupado por su salud», dijo el «socio político» de Sharón, el octogenario estadista Simón Peres, después de reunirse con el primer ministro en funciones, Ehud Olmert, a fin de «ver como seguimos adelante», dijo.