NAMIR SUBHI-BAGDAD
El ex presidente iraquí Sadam Husein dio ayer un giro de tuerca al
juicio que se celebra contra él al denunciar que ha sido golpeado y
torturado por las tropas de EEUU que le custodiaban y que las
marcas aún son visibles en su cuerpo. Tras más de seis horas de
vista, el ex dictador, que había escuchado con atención y calma el
relato de los testigos, tomó la palabra para revelar que también ha
sufrido malos tratos en presidio.
«He sido torturado por los estadounidenses, golpeado en todas las partes de mi cuerpo y las señales se encuentran en todo él», aseveró. Después, trató de suavizar el impacto de su declaración con otra en la que indicó que aquellos que torturaron a quienes han testificado contra él deben ser castigados.
«Cuando escucho que un iraquí cualquiera ha sufrido daño, me duele a mí. Las cosas malas que le hicieron a esas personas están mal y, de acuerdo con la ley, quienes las hicieron deben recoger lo que merecen», agregó. Ambas declaraciones pusieron punto y aparte a una vista -la sexta- que comenzó ayer por la mañana.
Sadam Husein entró en la sala relajado, vestido con un chaqueta negra y una camisa blanca sin corbata y con una actitud bien distinta a la de la cuarta sesión, cuando perdió parte de la flema y anunció que no volvería a pisar más la habitación. A la quinta sesión, celebrada el pasado 7 de diciembre, el tirano decidió no presentarse y amenazó con no volver a presentarse más.