El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, asumió ayer la responsabilidad de ir a la guerra en Irak con base en datos erróneos y pidió paciencia sobre la presencia estadounidense en ese país árabe, donde mañana hay elecciones. El mandatario pronunció ayer un discurso ante el «Woodrow Wilson Centre for International Scholars», un centro de estudios de Washington, en la última alocución de una serie de cuatro en las que ha defendido su estrategia en Irak frente al desencanto de los estadounidenses por la marcha de la guerra.
En su discurso, reconoció que fueron «erróneos» los datos de los servicios de inteligencia que se manejaron para declarar la guerra según los cuales Irak contaba con armas de destrucción masiva, lo que ha resultado ser falso. «Como presidente, soy responsable de la decisión de ir a Irak y también tengo la responsabilidad de solucionar lo que fue erróneo mejorando nuestros servicios de inteligencia, que es exactamente lo que estamos haciendo», afirmó.
Pese a todo, sostuvo que la decisión de invadir el país árabe fue la correcta. «Mi decisión de derrocar a Sadam Husein fue la adecuada. Sadam era una amenaza y el mundo y los ciudadanos estadounidenses están hoy en mejor situación porque él ya no está en el poder», subrayó Bush.