EUROPA PRESS-CARACAS
El ministro español de Defensa, José Bono, afirmó ayer en Caracas
que la venta de material militar a Venezuela es una decisión que
responde a la voluntad del Gobierno de ser un Ejecutivo «digno de
un país soberano y autónomo», al tiempo que destacó que el único
imperio que existe es «el imperio de la Ley» para justificar el
acuerdo con las autoridades venezolanas. En la rueda de prensa
posterior a la firma del acuerdo en el Palacio de Miraflores, por
parte de los presidentes de Navantia, Juan Pedro Gómez Jaén, y de
la división de Aviación Militar de EADS-CASA, Francisco Fernández,
y el ministro de Defensa venezolano, almirante Orlando Maniglia,
Bono explicó que su asistencia al acto fue una decisión formal
adoptada por el Gobierno en la reunión del Consejo de Ministros del
pasado viernes.
Bono recalcó que el material que se venderá a Venezuela no tiene carácter ofensivo sino que se destinará a labores de «autoprotección» y «autodefensa», tales como la protección de la Zona Económica Exclusiva (ZEE), el apoyo sanitario, lucha contra el narcotráfico o intervenciones rápidas en caso de emergencia.
«Sólo desde la falsedad puede decirse que se venden misiles, que se venden tanques, que se venden aviones de combate. Es material de equipamiento relacionado con la protección del territorio y sus recursos y no tiene nada que ver con otro tipo de misiones», aseguró.
Incidió además en que la venta de doce aviones de EADS-CASA y ocho patrulleras de Navantia no rompe ningún embargo internacional y es acorde con las normas de conducta de la Unión Europea. «No existe ningún embargo internacional y otra vez invoco el único imperio que existe, el de la Ley, y cumpliendo la Ley, como decía San Agustín, somos libres y, por tanto, no puede invocarse embargo que tenga ningún tipo de validez distinto de aquellos que nacen de la propia Ley», señaló Bono.
Por su parte, el presidente venezolano, Hugo Chávez, señaló que las críticas a la firma del contrato reflejan «los niveles de desespero de la élite imperialista que pretende controlar al mundo», en referencia al Gobierno de George W. Bush y las críticas procedentes de Estados Unidos.