Irak volvió a vivir ayer una jornada sangrienta con varios atentados terroristas en diferentes puntos del país, el más grave contra un funeral de un clérigo chií que acabó con la vida de más de 30 personas.
Tras la violenta jornada del viernes, donde murieron más de 90 personas en diferentes atentados, Irak se vio sacudido ayer por tres ataques terroristas y un enfrentamiento armado que acabaron con la vida de al menos 62 personas y dejaron a otras 79 heridas.
El atentado más grave ocurrió pocos minutos después de las 18:00 hora local en la localidad de Abu Sayeda, 100 kilómetros al noreste de Bagdad. Según informaron fuentes del ministerio de Interior iraquí, un terrorista suicida al volante de un coche bomba hizo explotar su vehículo junto a una tienda de campaña instalada para que la familia de Raad Magee, clérigo chií fallecido hace dos días, recibiera las condolencias de familiares y amigos.
La brutal explosión del coche acabó con la vida de al menos 35 personas e hirió a cerca de 50 más, aseguraron las fuentes. Los heridos, algunos de los cuales se encuentran en estado crítico, fueron trasladados a hospitales en las cercanas localidades de Baquba y Miqdadiya, añadieron.
La capital también fue el objetivo de los terroristas, que también eligieron un lugar abarrotado de gente para lanzar su mortífero ataque en Bagdad. Al filo de las 10:30 hora local, un microbús explotó en las inmediaciones de un popular mercado del barrio de Yisr Diala, en el sudeste de Bagdad, cuando decenas de personas realizaban sus compras. Según informó el capitán Salam Habab, de la policía, «el incidente ocurrió cuando un microbús explotó y causó la muerte de catorce civiles e hirió a dieciocho más».