EFE-PANAMÀ
El presidente de EEUU, George W. Bush, aseguró ayer en Panamá que
todas las medidas tomadas en su país contra supuestos terroristas
«están dentro de la ley», y que en Estados Unidos «no
torturamos».
Bush respondió así a las acusaciones publicadas en la prensa en los últimos días acerca de campos secretos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Europa del Este y Asia para la tortura de personas presuntamente vinculadas con actos terroristas.
El primer mandatario norteamericano hizo esas manifestaciones en el curso de una rueda de prensa conjunta con el presidente panameño, Martín Torrijos, con el que se reunió en la última jornada de una gira por países de América Latina.
Bush, sin embargo, recordó en el curso de esa comparecencia que «estamos en guerra» contra el terrorismo, y que su Gobierno tiene la obligación de proteger a sus ciudadanos. «Nos encontramos -señaló- ante un enemigo que conspira, que planea, que quiere hacer daño a los ciudadanos estadounidenses», así que «pueden estar seguros de que les haremos frente de manera contundente, pero de manera legal». Estados Unidos «tiene que protegerse de una manera que sea legítima», puntualizó Bush.
La Unión Europea investiga las acusaciones sobre la existencia de esos campos. El Senado estadounidense ha aprobado una ley que prohíbe el uso de la tortura, con la oposición de la Casa Blanca que quiere que se exceptúe a la CIA.
La política estadounidense en vigor sobre el interrogatorio de presos sospechosos de ser terroristas permite cubrir legalmente las actuaciones de los agentes de la CIA en caso de tortura e incluso de muerte de detenidos.