JAVIER GÓMEZ-PARÍS
La tensión sigue aumentando en la periferia más degradada de París,
donde en la madrugada de ayer, por séptima noche consecutiva,
estallaron disturbios en diversas localidades con una violencia
mayor aún que en las pasadas jornadas. Según informó la Prefectura,
los disturbios de la noche dejaron un saldo de 177 vehículos
quemados y se contabilizaron «cuatro disparos con balas
reales».
En Aulnay-sous-bois, en el departamento de Seine-Saint-Denis, al noreste de la capital y el más afectado por los actos vandálicos, un grupo de unos 40 jóvenes consiguió penetrar en una comisaría cerrada, desvalijarla y destrozar el mobiliario. En La Courneuve, otra localidad con dificultades, los antidisturbios (CRS, en Francia) sufrieron dos disparos con balas reales.
Esta ola de violencia nació en Clichy-sous-bois, otra localidad del departamento, tras la muerte accidental de dos jóvenes cuando se creían perseguidos por la Policía. El abandono de estos barrios, el paro, la marginación y la delincuencia, explotaron en forma de enfrentamientos contra la Policía y de vandalismo.
En la noche del miércoles, estos grupos de jóvenes prendieron fuego a 177 vehículos particulares en este departamento. Las fuerzas del orden consiguieron detener a 15 personas que participaron en los enfrentamientos. Un bombero resultó herido con quemaduras de segundo grado en el rostro por el lanzamiento de un 'cóctel molotov'.A escasos metros de la prefectura de Seine-Saint-Denis, en Bobigny, decenas de jóvenes entraron en la noche del miércoles por la fuerza en un centro comercial, agredieron a algunos de los vendedores cuando cerraban las tiendas y destrozaron varias lunas comerciales. Un coche fue incendiado frente al inmueble de la prefectura.
En Aulnay-sous-bois, unos jóvenes encapuchados obligaron a salir a tres periodistas del vehículo en el que grababan los enfrentamientos, y le prendieron fuego después. En esa localidad fueron incendiados un concesionario y una guardería. En otros pueblos también hubo duros enfrentamientos.