BEATRIZ JUEZ-BERLÍN
A pesar de que los conservadores y los socialdemócratas trataron de
dar signos de normalidad al cierre de la cuarta ronda de
negociaciones, la gran coalición de la futura Canciller alemana,
Angela Merkel, parece en la cuerda floja, incluso antes de que haya
logrado un acuerdo con el SPD. Merkel, que según el calendario
previsto debería jurar su cargo el próximo 22 de noviembre como
canciller de Alemania, tendrá que cruzar los dedos a la espera de
ver qué consecuencias tiene para la formación de su gobierno tanto
la crisis en el SPD como la posible retirada del bávaro Edmund
Stoiber del futuro gobierno.
Ni Merkel ni el presidente del SPD, Franz Müntefering tiraron esta noche la toalla en las negociaciones para la formación de un gobierno de gran coalición, pero ésta dar la sensación de que nacerá coja, incluso antes de que se haya formalizado su constitución. Müntefering, que según los planes debería ocupar la cartera de Trabajo y el cargo de vicecanciller en un futuro de gobierno de Merkel, dijo que existe una «fuerte voluntad» común, tanto de sus filas como de las conservadoras, para la formación de un gobierno de coalición.
«Donde hay deseo, también hay un camino», dijo Merkel en una rueda de prensa al cierre de la cuarta ronda de negociaciones. Müntefering anunció ayer por la tarde que no se presentará como candidato a la reelección, tras la derrota sufrida con la designación como secretaria general de Andrea Nahles, candidata del ala izquierda del partido, frente al aspirante defendido por el líder de la formación, Kajo Wasserhoevel.
El canciller saliente, Gerhard Schröder, dijo ayer que la retirada de Müntefering como presidente del SPD no debe tener ninguna influencia en la formación de un gobierno de gran coalición.
Si la crisis del SPD hizo tambalearse esta tarde la alianza, las insinuaciones de Stoiber de que no formará parte de un futuro gobierno con los socialdemócratas si no está Müntefering han colocado grandes nubarrones sobre esa alianza.