EFE-VARSOVIA
Los polacos eligieron ayer a Lech Kaczynski como nuevo presidente
de la República, según los sondeos a pie de urna publicados por la
televisión pública TVP.
En la primera vuelta de las elecciones, celebrada hace dos semanas, triunfó el candidato liberal Donald Tusk y lo hizo por una ventaja de 3,5 puntos que resultó totalmente insuficiente para evitar la victoria de su rival.
Kaczynki logró imponerse sin que la participación aumentase de manera significativa, pues se calcula que fue de un 50,6 por ciento, mientras que el pasado 9 de octubre fue de un 49,73%. Según los analistas, eso significa que, en el seno del electorado que acudió a las urnas, se produjo una importante reorientación de las preferencias.
Recuerdan que en la primera vuelta Tusk se impuso con mucha firmeza en las ciudades medianas y grandes, pero perdió también de manera visible en las zonas rurales y pequeñas ciudades.Todas las fuerzas e instituciones con influencia en el campo, sobre todo los curas párrocos y jerarcas de la Iglesia Católica pidieron a los fieles que acudieran masivamente a las urnas.
Esa movilización a favor de Kaczynski en el ámbito rural puede ser una de las explicaciones del por qué de la derrota de Tusk, a quien los sondeos antes de la votación daban el triunfo seguro por un mínimo de 4 puntos.
Otro fenómeno confirmado es que en las regiones en las que Tusk consiguió en la primera vuelta un triunfo importante, toda la Polonia del norte y del oeste, la participación fue ayer inferior que en las provincias del sur y del este en las que triunfó Kaczynski.
En provincias meridionales como las de Cracovia y Rzeszow, en las que Kaczynski consiguió un gran respaldo, la participación fue superior en varios puntos al 50%, mientras que en las provincias del Báltico, bastión de Tusk, la participación no llegó a la mitad.
Una tercera razón de la victoria de Kaczynski, sería el apoyo masivo dado al candidato conservador por los simpatizantes de la populista Samoobrona (Autodefensa) de Andrzej Lepper, quien antes de la votación definió a los liberales, en general, como uno de los principales enemigos de Polonia.