EFE-VIENA
La Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Energía
Atómica (OIEA) aprobó ayer una resolución que insta a Irán a volver
a suspender el enriquecimiento de uranio, la parte más sensible de
su programa nuclear, como medida de generación de confianza, lo que
fue rechazado por Teherán.
La reunión urgente y extraordinaria de la Junta de Gobernadores fue convocada por la tríada europea -Alemania, Francia y el Reino Unido- después de la reactivación el lunes de la planta de conversión de uranio de Isfahan, en el centro de Irán.
La resolución expresa la «seria preocupación» por la reanudación de los trabajos en esa planta nuclear, donde fueron retirados la víspera todos los precintos del OIEA que la sellaban desde el año pasado.
Asimismo, la Junta pide al director general del OIEA, el egipcio Mohamed El Baradei, que elabore para el próximo día 3 un informe técnico sobre el cumplimiento iraní de la resolución.
El documento exige a Irán «restablecer la plena suspensión voluntaria de todas las actividades relacionadas con el enriquecimiento» de uranio, lo que incluye la producción del gas que se introduce en centrifugadoras. Además, insta a Teherán a que permita al OIEA colocar nuevamente los precintos que fueron retirados de Isfahan.
La respuesta de Irán no se hizo esperar. Rechazó tajantemente la resolución considerando el llamamiento «inaceptable» y resultado de la presión de Estados Unidos. Además, el país dijo que «no cederá» a las presiones para suspender sus actividades atómicas y «se convertirá en un productor de combustible nuclear en una década», según palagras del jefe de la delegación iraní ante el OIEA, Sirus Nasseri.