Los militares mauritanos que dieron ayer un golpe de estado, en ausencia del presidente, Uld Sidi Ahmed Tayá, que había salido del país para asistir a los funerales del rey Fahd, aseguran tener el control y anunciaron la formación de una Junta Militar.
Los jefes militares han anunciado la formación de lo que califican como Consejo Militar para la Justicia y la Democracia. Ese Consejo Militar tendría como objetivo «acabar con un poder totalitario». El comunicado ha acabado con la confusión que duró más de 9 horas en la capital Nuakchot, desde las 04:00 GMT de ayer, cuando fuerzas de la guardia presidencial comenzaron a desplegarse para controlar los principales puntos estratégicos, como el palacio presidencial, radio, televisión y otras instituciones del Estado.
Uld Tayá, que estaba en Arabia Saudí, donde el martes asistió a las exequias del rey Fahd, no pudo regresar a la capital, al impedirlo los rebeldes, y su avión tuvo que aterrizar después en la capital de Níger, Niamey.
El motivo del golpe, «terminar con las prácticas totalitarias», reivindicación que ha sido el caballo de batalla de la oposición, de todas las tendencias y de los autores de golpes de estado que fracasaron en 2003 y 2004.
La comunidad internacional ha condenado el golpe y confía en que se restablezca la normalidad democrática, mientras en las calles de Nuakchot, la población ha comenzado a expresar su alegría, tras el anuncio del éxito del golpe.