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Londres y Dublín celebran el anuncio, pero quieren hechos y no palabras

Los gobiernos británico, irlandés y estadounidense califican la decisión del IRA de «histórica» e «importante»

JAVIER AJA-DUBLÍN
Los Gobiernos británico e irlandés consideran que, con el anuncio del fin de la lucha armada, el IRA ha dado un paso decisivo para reavivar el proceso de paz en el Ulster, si bien esperan que ese compromiso se traduzca en hechos. Desde Dublín a Londres, pasando por Washington, la decisión de la organización ha sido calificada, unánimemente, de «histórica» e «importante», a pesar de que en el bando unionista sólo ha provocado hostilidad, escepticismo e indiferencia.

Ese es el resumen de las reacciones provocadas por la declaración del IRA, que ordenó ayer a sus cerca de mil militantes que abandonen la «campaña armada» y persigan sus objetivos, la unificación de Irlanda, por medios «pacíficos y democráticos».

El primer ministro irlandés, Bertie Ahern, y su colega británico, Tony Blair, emitieron un comunicado conjunto en el que indicaron que si las palabras del IRA son corroboradas con acciones, «estamos ante un momento importante e histórico». No obstante, advirtieron que algunos aspectos de la declaración, en particular el desarme, deberá ser «verificado» a fin de restaurar la confianza perdida entre las dos comunidades enfrentadas en el Ulster, la católica-nacionalista y la protestante-unionista.

En Dublín, el presidente del Sinn Fein (brazo político del IRA), Gerry Adams, aseguró que la declaración del IRA es «valiente» y representa una gran oportunidad para alcanzar «paz y justicia» en la isla. No obstante, Adams urgió al Gobierno británico a abordar cuestiones pendientes recogidas en el acuerdo de paz del Viernes Santo (1998), como la desmilitarización de la provincia, la promoción de programas de igualdad y derechos humanos y la transferencia de poderes de Londres a Belfast en materia de Justicia e Interior.

El líder del mayoritario Partido Democrático Unionistas (DUP), el reverendo radical Ian Paisley, denunció la falta de claridad de la organización respecto a su compromiso con el fin de sus «multimillonarias» actividades criminales y la destrucción de sus arsenales. «Esta falta de transparencia -dijo-, prolongará el periodo que la comunidad necesita para hacer una valoración. Respondemos con desprecio a sus intentos de glorificar y justificar su campaña asesina».

Por su parte, la Casa Blanca recibió con satisfacción el anuncio del IRA y lo calificó de «declaración importante y potencialmente histórica». La promesa del IRA, indicó el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, debe venir seguida de actos concretos que demuestren el «compromiso inequívoco» con el estado de derecho.

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