El primer ministro británico, Tony Blair, explicó en el Parlamento del Reino Unido que no aceptó las propuestas sobre el marco presupuestario de la UE para el período 2007-2013 porque consideró que no era el «adecuado para el siglo XXI», y volvió a atacar las ayudas agrícolas.
Blair, que compareció ante la Cámara de los Comunes para narrar su versión del fracaso de la cumbre de Bruselas, el dinero de los europeos debería invertirse en las cuestiones que preocupan a los ciudadanos, como el crimen organizado, y no en las ayudas agrícolas defendidas por Francia.
Dichas ayudas, «se llevan un 40 por ciento del presupuesto, sólo benefician a un 5 por ciento de la población y equivalen a un 2 por ciento de la producción europea», destacó el jefe del Gobierno británico ante los diputados. El nuevo marco presupuestario plurianual de la Unión Europea para 2007-2013 quedó bloqueado por las posiciones encontradas del Reino Unido y Francia, que impidieron que los líderes de la UE alcanzaran una acuerdo en la cumbre celebrada en Bruselas.
Blair rechazó todas las propuestas que incluían una modificación o una congelación del llamado «cheque británico», la devolución que recibe Londres de su aportación a las arcas comunitarias desde 1984, mientras que el presidente francés, Jacques Chirac, defendió por su parte el mantenimiento de las ayudas agrícolas, acordadas ya en 2002, y que Blair quiere revisar.
En su comparecencia, el primer ministro británico dijo que las propuestas sobre el «cheque» eran «inadecuadas» e «inaceptables» para el Reino Unido, un argumento que fue muy aplaudido tanto por los diputados laboristas como por los del Partido Conservador.
Si se modifica la Política Agrícola Común, el Reino Unido estaría dispuesto a renegociar su «cheque», que asciende a unos 4.600 millones de euros anuales, reiteró Blair.
El jefe del Gobierno británico consideró que, en todo caso, la falta de un acuerdo de los líderes europeos sobre las perspectivas financieras de la UE no tiene por qué conllevar una crisis, ya que lo importante es que el acuerdo al que se llegue sea «el adecuado».