El nuevo primer ministro francés, Dominique de Villepin, anunció ayer ante los diputados un «plan de urgencia» para el empleo, máxima prioridad de su Gobierno, y aseguró que Francia seguirá «impulsando la aventura europea», diez días después del triunfo del «no» en el referéndum sobre la Constitución europea.
«Francia, país fundador, mantendrá todo su lugar en el seno de la Unión», dijo Villepin -al que el vapuleado jefe de Estado, Jacques Chirac, confió las riendas del Gobierno hace ocho días-, y, seguro de que «nuestro sueño saldrá reforzado de las pruebas», afirmó que «la aventura europea no se detiene».
En su discurso de política general, de unos 55 minutos, ante la Asamblea Nacional (cámara de los diputados), Villepin advirtió de que «nuestro mayor riesgo hoy es el inmovilismo y la división». La cámara otorgó su confianza al nuevo Gobierno, pero con casi el único apoyo de los diputados del partido conservador gobernante, UMP. Villepin, que definió el «inaceptable» paro del 10 por ciento como «el verdadero mal francés», dijo que su Gobierno destinará al empleo 4.500 millones de euros adicionales en 2006.
Ello exigirá una «pausa» en la bajada del impuesto sobre la renta, dijo el primer ministro, resuelto a controlar el gasto público y a cumplir los compromisos europeos de Francia en materia de reducción del déficit. Villepin dijo que la interrupción del recorte del impuesto sobre la renta contaba con «el pleno acuerdo» de Chirac, quien en su campaña por la reelección en 2002 había prometido rebajarlo en un tercio de aquí a 2007.