DAMIÀ CASTAÑO-ESTRASBURGO
Los grandes partidos europeos han perdido la unanimidad que
mantenían hasta ahora sobre la necesidad de proseguir el camino de
ratificaciones de la Constitución de la Unión Europea (UE), y los
'populares' han abierto la vía de detener el proceso para evitar el
efecto dominó. Mientras socialistas y 'verdes' continúan en su
lucha porque la opinión de los ciudadanos o de los parlamentos sea
consultada, a pesar del revés sufrido en Francia y Holanda, el
Grupo Popular Europeo, el mayoritario de la Cámara, considera que
«la solución más adecuada es instaurar un compás de espera y
congelar» el proceso.
Esta fue la opinión expresada ayer en el pleno de la Eurocámara por el presidente de los populares europeos, Hans-Gert Poettering, en un debate extraordinario convocado para fijar una posición de cara a la próxima cumbre de Bruselas. A su juicio «hay una gran decepción» de los ciudadanos, por muchos asuntos, entre ellos por «ampliar demasiado Europa», y dijo que los países aspirantes a ingresar en la UE (Bulgaria, Rumanía o Turquía) deben cumplir estrictamente los requisitos para ello.
El español Íñigo Méndez de Vigo comentó que detener el proceso «es una decisión dolorosa», porque Europa necesita una Constitución cuanto antes, pero «lo peor es no ver la realidad y taparnos los ojos», por lo que «hay que darse al menos un año» para reflexionar. «¿Pausa o no pausa?», es la cuestión que se planteó tras oír esta propuesta el ministro luxemburgués Nicolás Schmit, y que trasladará al presidente de turno de la UE, Jean-Claude Juncker. «Quizás abre un camino de solución», consideró.Para el presidente del grupo Liberal, Graham Watson, «el tratado constitucional, como está ahora, no puede continuar». Tanto la extrema derecha como Izquierda Unitaria comparten el pesimismo respecto al futuro del tratado. «Nunca hubo un abismo tan grande entre la UE y el pueblo, que no quiere un Estado supranacional ni la ampliación, especialmente de Turquía», dijo el ultraderechista francés Jean Marie Le Pen.