EUROPA PRESS-BRUSELAS
La polémica en torno al presidente de la Comisión Europea, José
Manuel Durao Barroso, volvió a hacer aparición ayer en Bruselas al
descubrirse que el ex primer ministro luso dispone de cinco
guardaespaldas de la Policía de Seguridad Portuguesa pagados de
forma irregular según la legislación comunitaria.
Este caso se suma a la moción de censura presentada la pasada semana por un grupo de diputados del Parlamento Europeo contra Barroso, al conocer que en verano de 2004 éste aceptó unas vacaciones en el yate de un empresario griego por el hecho de disponer de servicios de seguridad nacionales, a pesar de ser un cargo europeo, el principal reproche en el caso de los escoltas es que podría haberse incurrido en «doble remuneración», puesto que la protección del presidente cuesta a las autoridades lusas unos 6.000 euros por mes, pagados en concepto de «mínimo» para que estos trabajadores puedan conservar sus derechos de seguridad social en Portugal, a lo que se añade un salario de la Comisión Europea.
El Reglamento que regula el estatuto de los funcionarios europeos prohíbe el cobro de dobles salarios (asignados por la Unión Europea y por un Estado miembro). La Comisión asegura que «olvidó» comunicar el pago portugués a estos policías desde que fueron contratados. Sin embargo, en marzo pasado, casi seis meses después de entrar en funciones y cuando la prensa portuguesa se hizo eco de la situación, fueron los propios escoltas los que solicitaron una derogación.