EFE-TOKIO
Corea del Norte desafió a Estados Unidos y a sus aliados en Extremo
Oriente con el lanzamiento de un misil, que, pese a su corto
alcance, demuestra la capacidad del régimen comunista para asestar
un golpe más allá de sus fronteras.
Fueron los servicios de inteligencia surcoreanos quienes primero confirmaron el lanzamiento del misil norcoreano (que habría caído a unos 100 kilómetros de distancia, en aguas del Mar de Japón), poco después de que medios de prensa japoneses dieran la voz de alerta.
En ambos casos, según la agencia de noticias nipona Kyodo y la surcoreana Yonhap, el origen de esta información fueron medios militares norteamericanos.
Poco después, era un portavoz de la Presidencia surcoreana el que ratificaba a Yonhap la noticia dada por sus servicios secretos y adelantada en Japón: «los informes japoneses son veraces», indicó el representante de Cheong Wa Dae, la Casa Presidencial.
El lanzamiento del misil añade más grados a la actual tensión en la península coreana, tras el reconocimiento de Pyongyang de que tiene armas atómicas y en medio de las advertencias hechas por EEUU esta semana sobre la presunta intención de Corea del Norte de hacer una prueba nuclear de un momento a otro. Los servicios secretos surcoreanos indicaron que el lugar del lanzamiento del misil fue una plataforma al norte de la localidad de Hamhung, en el este de Corea del Norte. Poco antes, la Agencia de Defensa de Japón, con rango de Ministerio, había sido informada por fuentes militares de EEUU de un «posible lanzamiento» de un misil de corto alcance.