EFE-BRASILIA
El presidente depuesto de Ecuador, Lucio Gutiérrez, llegó a la
capital de Brasil como asilado político. El ex gobernante
desembarcó en la base aérea de Brasilia, la capital del país, a las
13.35 hora local. Gutiérrez, que disfrutó durante cuatro días de un
asilo diplomático en la residencia del embajador brasileño en
Quito, pasó a beneficiarse a partir de ayer en Brasilia del asilo
territorial, que también le fue concedido por el gobierno del
presidente Luiz Inácio Lula da Silva. El mandatario depuesto, que
vivirá inicialmente en una residencia en Brasilia que fue cedida
por el Ejército, llegó al país acompañado por su esposa, Ximena
Bohórquez, y por una de sus dos hijas, Viviana Estefanía, de quince
años.
El avión de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) que lo recogió de madrugada en Ecuador aterrizó inicialmente en la ciudad amazónica de Río Branco, en donde abasteció combustible, antes de llegar a su destino final.
En la propia base aérea, Gutiérrez firmó la correspondiente petición de visado territorial, que formaliza su entrada en el país como asilado y que recibió de manos de un funcionario del Ministerio de Justicia.
El ex mandatario, a quien no lo esperaba en Brasilia ninguna alta autoridad, fue inmediatamente trasladado a su nueva residencia en un helicóptero de la Presidencia brasileña, por lo que no conversó con los periodistas que estaban en la base aérea esperando su llegada.El ex coronel golpista, que asumió la presidencia de su país en enero de 2003 tras haber sido elegido por el 54,33 por ciento de los votos de los ecuatorianos, fue destituido por el Congreso el miércoles tras varias protestas populares que exigían su renuncia. La destitución, aprobada por 60 de los 62 legisladores presentes en una sesión celebrada en un edificio distinto al Parlamento, fue justificada por supuesto «abandono del cargo», pese a que el ex mandatario se encontraba en ese momento en el Palacio Presidencial de Carondelet en su calidad de jefe de Estado. El Parlamento ecuatoriano designó como jefe de Estado al entonces vicepresidente, Alfredo Palacio. El mismo día de su destitución, Gutiérrez se refugió en la residencia del embajador de Brasil en Quito, Sergio Florencio Sobrinho, y le fue concedido por el gobierno de Brasilia el estatus de asilado político.
El ex mandatario tuvo que permanecer cuatro días en la sede diplomática a la espera de que el nuevo gobierno ecuatoriano le otorgara un salvoconducto que garantizara su salida del país. Decenas de manifestantes se concentraron en los últimos días en las inmediaciones de la residencia diplomática brasileña en Quito para impedir la salida de Ecuador del ex presidente. Los manifestantes alegaban que el gobernante depuesto tenía que permanecer en el país para responder a procesos por delitos como «represión» y «abuso de autoridad».