El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, cerró ayer la crisis de Gobierno que le obligaron a abrir sus socios democristianos de la UDC y de Alianza Nacional (AN) con una simple remodelación del Gabinete, que refuerza a la Liga Norte.
Con esta decisión, Berlusconi ha dejado claro que no asume el cambio radical que le pedían sus aliados, pese a que la presión a la que le sometieron no le dejó más remedio que dimitir para hacer frente a su derrota en las recientes elecciones regionales.
Por si quedaban dudas, la lista del nuevo Ejecutivo apoya de principio a fin su tesis de que bastaba con una intervención «suave», con sólo seis caras nuevas y dos ministros que cambian de cartera, en todos los casos en departamentos secundarios.
Los titulares de los principales ministerios siguen en su puesto, desde Exteriores (Gianfranco Fini), Interior (Giuseppe Pisanu), Defensa (Antonio Martino), y Economía (Domenico Siniscalco), hasta Justicia (Roberto Castelli), Trabajo (Roberto Maroni), Reformas (Roberto Calderoli) e Infraestructuras (Pietro Lunardi).