EFE-ISRAEL
El período de calma en Oriente Medio pende de un fino hilo tras la
muerte de tres palestinos a manos del Ejército israelí y la
reanudación de los ataques de las milicias palestinas, que han
lanzado unos 70 proyectiles de mortero contra asentamientos
judíos.
Miles de personas participaron ayer domingo en los funerales de los tres jóvenes palestinos con edades comprendidas entre los 14 y 16 años, en el campo de refugiados de Rafah, al sur de Gaza.
Los menores fueron tiroteados por soldados israelíes cuando se encontraban en las proximidades de la zona fronteriza con Egipto, al parecer, cuando jugaban al fútbol con otros dos jóvenes de la zona.
El Ejército israelí dijo que los tres palestinos eran contrabandistas, y que junto a otros jóvenes intentaban escapar de la zona al ser descubiertos por los soldados cuando trataban de cruzar la verja que separa el sur de Gaza del territorio egipcio.
Las Fuerzas Armadas de Israel han abierto una investigación para esclarecer las circunstancias de la muerte de los tres palestinos.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha enviado una protesta oficial al Gobierno israelí por el incidente más grave ocurrido en meses, y que podría desestabilizar los esfuerzos diplomáticos para concertar la paz en la región.El suceso, unido con un clima de creciente tensión en Jerusalén por la convocatoria de un grupo de judíos radicales que pretendían concentrar a unos 10.000 seguidores en la Explanada de las Mezquitas, ha precipitado la primera crisis en la zona después de que israelíes y palestinos se comprometieran a mantener la calma.
La respuesta de los grupos armados no se ha hecho esperar y milicianos palestinos han lanzado 70 proyectiles de mortero contra asentamientos judíos e instalaciones militares en el sur de la franja de Gaza. A pesar de que no se han registrado heridos, los proyectiles causaron daños materiales, además de la muerte de un caballo en un pequeño zoológico de una colonia israelí.