Los restos mortales de Juan Pablo reposan ya bajo la tierra en las llamadas Grutas Vaticanas, tras una ceremonia reservada y privada que terminó a las 14.20 horas (12.20 gmt). El cuerpo de Karol Wojtyla, fallecido el 2 de abril, ha sido inhumado bajo una lápida sencilla, en la que se puede leer en latín el nombre de Juan Pablo II, así como las fechas de cuando nació y murió.
Un notario del Capítulo de la Basílica Vaticana redactó el acta de la sepultura y lo leyó ante los asistentes, que eran un reducido grupo presidido por el Camarlengo, el cardenal español Eduardo Martínez Somalo.
Los secretarios del Pontífice, las monjas que le cuidaron hasta el final y su médico personal estuvieron presentes en esa ceremonia. Juan Pablo II había solicitado expresamente ser enterrado bajo tierra, en el lugar que ocupaba la sepultura del beato Juan XXIII, a quien admiraba.