Los alianza confesional chií y la coalición kurda llegaron ayer a un «acuerdo total» para que la Asamblea Nacional designe a un nuevo Gobierno en Irak la próxima semana, informaron ayer fuentes oficiales de los dos grupos políticos.
El acuerdo insta al nuevo Gobierno a iniciar discusiones sobre la vuelta de unos 100.000 kurdos a la ciudad norteña de Kirkuk, rica en petróleo, y a establecer negociaciones para incluir la ciudad en la nueva redefinición de las regiones existentes según la nueva Constitución iraquí.
«Hemos alcanzado un consenso definitivo sobre todos los asuntos relevantes. En los próximos dos días se ultimarán los detalles del documento político», dijo Reda Yawad al-Taki, portavoz de la Alianza Unida Iraquí (AUI), la lista vencedora de los comicios del pasado 30 de enero.
Al-Taki subrayó, asimismo, que ambos grupos «han decidido aplazar» la controversia sobre el estatuto de la ciudad petrolera de Kirkuk, que era uno de los principales obstáculos en la negociación.
«La cuestión se solucionará de acuerdo a la ley de Administración del Estado», un especie de Constitución embrionaria aprobada el pasado año por el ahora desmantelado Consejo de Gobierno interino, detalló.
Los kurdos, que aspiran a un Estado federal, pretenden que Kirkuk, capital petrolera de Irak, sea integrada en una de las tres provincias kurdas del norte del país. Para ello alegan que la ciudad, ubicada a unos 250 kilómetros al noreste de Bagdad, fue mayoritariamente kurda hasta que el derrocado Sadam Husein ordenó la expulsión de los kurdos y transfirió a las actuales comunidades árabes.