EFE-BEIRUT
Cientos de miles de personas asistieron ayer a una manifestación
pro siria que superó con creces en participación a las convocadas
por los grupos contrarios a este país y que fue organizada por el
grupo integrista chií Hizbulá. El Partido de Dios hizo una
demostración de fuerza y mostró al resto de fuerzas políticas
libanesas que deben contar con ellos en cualquier tipo de decisión
que afecte al ahora incierto futuro del Líbano.
La movilización fue convocada por Hizbulá escasas horas después de que el presidente sirio, Bachar al-Asad, anunciara el repliegue hacia el valle libanés de la Bekaa de las tropas de su país. Desde primera hora de la mañana, centenares de manifestantes, procedentes del sur y el este del país, bastiones del grupo, fueron convergiendo en la céntrica plaza Riad al-Solhb, al pie de la sede de la ONU en Beirut. Según cifras no oficiales, minutos antes de la entrada en escena del secretario general de Hizbulá, el jeque Hasán Nasrallah, cientos de miles de libaneses de toda condición y de todas la partes del país gritaban con fervor consignas en favor a Siria.
«No a EEUU», «No a Francia», «No a la injerencia extranjera», «No a la resolución 1559» de la ONU eran algunos de los lemas más coreados por los manifestantes. La turbamulta rugió cuando apareció Nasrallah, flanqueado en el estrado por dos guardaespaldas, mientras helicópteros del Ejército libanés sobrevolaban la zona. «El Líbano representa un caso único. No es Georgia ni Ucrania. Si alguien cree que la estabilidad y la seguridad del Líbano puede ser quebrada, está muy equivocado. No es más que una ilusión», gritó el clérigo chií.