El juez chileno Juan Guzmán concedió ayer la libertad provisional a Augusto Pinochet, previo pago de una fianza de 3.570 dólares en el marco del proceso por los crímenes de la Operación Cóndor, informaron fuentes judiciales. El magistrado tomó la determinación un par de horas después de que la defensa solicitara formalmente la libertad provisional del militar procesado por el juez por nueve secuestros y diez homicidios, encuadrados en el plan de represión establecido por las dictaduras suramericanas.
La libertad del ex dictador (1973-1990) no podrá concretarse, sin embargo, hasta que la Cuarta Sala de la Corte de Apelaciones se pronuncie, puesto que el beneficio fue otorgado con consulta al tribunal de alzada. Pinochet permanece detenido en su finca de Los Boldos, a 130 kilómetros al noroeste de Santiago, desde el 5 de enero, un día después de que la Corte Suprema ratificara su procesamiento, que fue dictado el 13 de diciembre por el juez.
Probablemente el próximo miércoles el tribunal de alzada deberá decidir si ratifica o revoca la libertad del general en retiro de 89 años, tras escuchar los argumentos de la defensa y la acusación. Los querellantes en el caso adelantaron que se opondrán a la decisión por considerar que Pinochet «es un peligro para la sociedad», según dijo el abogado Eduardo Contreras.
«La verdad que no veo la diferencia entre un Pinochet detenido en su casa, con piscina, con una capilla donde puede confesar a diario sus pecados y con permiso del juez para ir al hospital cuando lo estime, a que esté en libertad», dijo Contreras a los periodistas.