FRANCE PRESS-RAMALA
Yasir Arafat fue enterrado ayer en el recinto de la Mukata. El
féretro del 'rais' llegó a mediodía a Ramala (Cisjordania)
procedente de El Cairo, donde se celebró una solemne ceremonia
fúnebre a la que asistieron representantes de alrededor de 60
países de todo el mundo. El entierro se produjo en medio de un
enorme caos. Una inmensa multitud rodeó al helicóptero en el que
llegó el ataúd y dificultó su salida y el avance de la comitiva,
que tuvo que abrirse paso y tardó hasta 20 minutos en llegar a la
Mukata.
El fallecido presidente de la Autoridad Palestina ya descansa en su mausoleo de la Mukata, bajo tierra procedente de Jerusalén y en una breve ceremonia que tuvo de popular todo lo que le faltó de solemne. Entre las gentes que acompañaron al 'rais' hasta su mausoleo no hubo ningún líder internacional, sólo el pueblo por el que luchó toda su vida y que ayer le enterró en medio del dolor y la veneración. La ceremonia de despedida a Arafat en la Mukata no tuvo alfombra roja, tribuna de personalidades ni himnos nacionales. Sólo se escucharon los disparos de 'kalashnikov' y los lamentos elevados al cielo.
El comité de bienvenida estuvo formado por el primer ministro palestino, Ahmed Qorei, y por el nuevo responsable de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Mahmud Abbas, los cuales estuvieron rodeados por miembros de las Brigadas de Mártires Al Aqsa (desde ahora, Brigadas del Mártir).