El Partido Republicano logró retener el control del Senado e incluso amplió su número de escaños en la Cámara de Representantes, en lo que ha sido la contienda electoral más reñida de la historia reciente de Estados Unidos, según los últimos datos.
En estas elecciones, además de la Presidencia, estaban en juego los 435 escaños de la Cámara de Representantes, 34 del Senado y once gobiernos estatales, y en cada categoría los republicanos lograron durante la larguísima noche del martes ampliar su margen de victoria.
La balanza del Poder Legislativo se inclinó aún más a favor de los republicanos, quienes ahora tienen 53 escaños en el Senado -se requieren 51 para mantener la mayoría-, contra los 44 escaños de los demócratas.
Los estados sureños le dieron la victoria a los republicanos, ya que éstos se alzaron con los escaños vacantes en Georgia, Carolina del Norte y Carolina del Sur y Luisiana.
La derrota mayor fue para el líder de la minoría demócrata en el Senado, Tom Daschle, quien perdió su escaño por Dakota del Sur contra el republicano John Thune, en una contienda cuyo costo superó los 26 millones de dólares.
Según el cómputo preliminar, en base al 89 por ciento de los votos, Thune aventajaba a Daschle con cerca de 5.400 votos, de un total de más de 323.000 votos.
También en el Senado, el republicano Mel Martínez, en Florida, y el demócrata Ken Salazar, en Colorado, van camino de hacer historia al convertirse en los primeros y únicos dos miembros hispanos de la Cámara alta del país.Martínez se impuso a la demócrata Betty Cantor mientras que Salazar llevaba la delantera frente al republicano Pete Coors, magnate de la cervecería de mismo nombre, según datos provisionales.
Mientras, en la Cámara de Representantes, los republicanos superaron por diez los 218 escaños requeridos para lograr la mayoría, mientras que por ahora los demócratas se han alzado con 199.