EFE-ROMA/BAGDAD
Simona Pari y Simona Torretta, ambas de 29 años y bautizadas como
«las dos Simonas», fueron entregadas al presidente de la Cruz Roja
italiana, Maurizio Scelli, que había llegado hoy mismo a la capital
iraquí. La noticia, recibida con alivio y alborozo en Italia, fue
difundida por la televisión «Al-Yazira», que horas después emitió
unas imágenes en las que se ve a las dos jóvenes sonrientes y
serenas en un descampado polvoriento, al fondo del cual aparece una
mezquita con cúpula y minaretes dorados.
En la grabación se puede contemplar cómo las dos muchachas se quitan un largo velo negro que les cubre la cabeza y cómo Simona Pari, que lleva en sus manos una caja de cartón, da las gracias («shukhran») en árabe. La liberación avanzada por «Al-Yazira» fue confirmada de inmediato por las familias de las dos jóvenes, por su ONG «Un ponte per...» («Un puente para...») y por las autoridades italianas.
En una breve declaración institucional, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, celebró públicamente que se hubiera «podido poner punto final de manera positiva a un caso terrible, que ha tenido angustiado a todo el país». Luego Berlusconi compareció en el Parlamento, donde se deshizo en elogios, por su «papel clave» en el desenlace del secuestro, con los servicios secretos italianos y con Jordania.
También destacó la tarea llevada a cabo por la Cruz Roja italiana, a cuyos «méritos humanitarios» atribuyó de forma «exclusiva» la liberación de las dos cooperantes, cuando se le preguntó si se había pagado algún rescate. «Han sido liberadas sólo por los méritos humanitarios de la Cruz Roja», respondió Berlusconi frente a las noticias que precedieron a la liberación de «las dos Simonas» que hablaban del pago de un millón de dólares.