ANA GEREZ-NUEVA YORK
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero,
defendió en la cumbre contra el hambre que se celebró ayer en Nueva
York el objetivo de que cada país destine el 0,7 por ciento del PIB
a la cooperación internacional para combatir la pobreza. La lucha
contra el hambre y la pobreza es una obligación moral que merece
absoluta prioridad, afirmaron ayer varios presidentes
iberoamericanos al comenzar una cumbre que busca defender el
derecho humano más fundamental: el derecho a la vida.
Rodríguez Zapatero, aseguró que es posible promover un desarrollo humano sostenible fundamentado en un crecimiento con equidad, respetando el medio ambiente, la igualdad de derechos para hombres y mujeres, la libertad y el respeto a la diversidad cultural.
Tras opinar que los países pueden hacer más de lo que hacen para erradicar la pobreza, el jefe del Gobierno español prometió duplicar la ayuda oficial al desarrollo en la actual legislatura hasta alcanzar el 0,5 por ciento del PIB y llevar la ayuda hasta el 0,7 por ciento del PIB «si el pueblo español me confiere un segundo mandato».
La reunión, que se celebró en la víspera del debate de la 59 sesión de la Asamblea General, fue convocada por los presidentes o jefes de Gobierno de Brasil, Chile, Francia y España, con el apoyo de la ONU, para relanzar la campaña de erradicación del hambre y la pobreza, y para impulsar mecanismos alternativos de financiación.
Al inaugurar los debates, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, instó a que el debate sobre estas alternativas -que van desde gravar las transacciones financieras o el comercio de armas hasta un mejor aprovechamiento de las remesas- no se convierta «en una excusa para la parálisis» porque «necesitamos movernos con rapidez». La ONU calcula que más de mil millones de personas viven en el mundo en extrema pobreza, con menos de un dólar al día, y más de 840 millones de personas sufren hambre y están malnutridas.