El precio del crudo en Estados Unidos se colocó ayer en máximos históricos, por encima de los 43 dólares, debido a las preocupaciones por los efectos que puede tener en el suministro internacional la crisis de la petrolera rusa Yukos.
Ni siquiera las inesperadas cifras de importaciones combustible en Estados Unidos, que crecieron hasta alcanzar cifras récords, atenuaron los temores sobre la falta de suministro y las decisiones que adopte al respecto la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
El precio del crudo en Estados Unidos superó ayer los 43 dólares por barril, por encima del máximo histórico alcanzado el pasado 1 de junio en el nivel de los 42,38 dólares.
En concreto, el contrato de futuros del barril de petróleo Texas con vencimiento en septiembre llegó ayer a los 43,05 dólares, precio nunca alcanzado en los 21 años de historia del New York Mercantile Exchange.
Mientras tanto, en Europa, en el International Petroleum Exchange (IPE) de Londres, el precio del petróleo de referencia, el Brent, también experimentaba fuertes revalorizaciones hasta alcanzar los 39,60 dólares, su mayor nivel en catorce años.
La fuerte revalorización de los precios del crudo se ha producido después de que la petrolera Yukos advirtiera de que dentro de varios días puede suspender la extracción y venta de crudo. Esto vendría provocado por la decisión del Ministerio de Justicia ruso de prohibir a sus tres filiales realizar este tipo de actividades.
Yukos tiene sus cuentas embargadas por supuesta evasión fiscal, y el ministerio de Justicia anunció la pronta venta de Yuganskneftegaz para cobrarle a la petrolera los 3.400 millones de dólares que le son reclamados como impuestos evadidos en 2000. Además, hay una demanda igual sobre 2001 y amenazas de exigir cantidades similares por 2002 y 2003.