EFE-PARIS
El presidente francés, Jacques Chirac, anunció ayer que la
Constitución europea será sometida a referéndum en su tradicional
intervención televisada del 14 de julio, en la que aprovechó para
poner en su sitio a su rival y ambicioso ministro de Economía,
Nicolas Sarkozy. Chirac expuso también la «hoja de ruta» de su
Gobierno para los próximos tres años, desde el plan de «cohesión
social» a la revisión de las 35 horas pasando por los matrimonios
homosexuales, la reforma judicial o el antisemitismo.
Pero fue el anuncio del sistema para ratificar el texto europeo, muy esperado desde hace meses, y la afirmación de su autoridad al frente del Gobierno lo que acaparó el mayor interés.
Francia, finalmente, seguirá los pasos del Reino Unido, España y Portugal, entre otros, y convocará a los ciudadanos, «directamente concernidos», a un referéndum «posiblemente en la segunda mitad de 2005» sobre la Constitución, que calificó de «buen texto».
No tanto consenso, sino más bien lo contrario, levantaron las declaraciones de Chirac encaminadas a poner en su sitio a Sarkozy, que el líder de la oposición, el socialista Francois Hollande, calificó de «crisis en la dirección del Estado».
El presidente se mostró extremadamente firme en su mensaje al díscolo y popular «Sarko», que no esconde sus aspiraciones al Elíseo en 2007 y que cuatro días antes le había desafiado al exponer su propio plan de Gobierno en una entrevista en «Le Monde».
«No hay diferencias entre el ministro y yo» porque «yo decido y él ejecuta», dijo Chirac al ser preguntado sobre el enfrentamiento.