Los Veinticinco expresaron ayer al nuevo Gobierno iraquí su oposición a que el ex presidente Sadam Husein pueda ser condenado a muerte por los cargos que se le han imputado, en una declaración común sobre Irak en la que subrayarán su negativa «en todos los casos» a que se aplique la pena capital. La pena de muerte en Irak fue instaurada en Irak horas después de la asunción de la soberanía por parte del Gobierno transitorio iraquí a finales de junio.
El ministro holandés de Asuntos Exteriores y presidente de turno del Consejo de Ministros de la UE, Bernard Bot, dejó claro que la UE mantendrá esta reclamación en la agenda del diálogo político que inició ayer con Irak.
«Primero lo hablamos entre nosotros. Nuestra política no ha cambiado y se lo hemos expresado a nuestro colega. El mensaje que ha quedado es muy claro y esperamos haberle convencido un poco de nuestros planteamientos», señaló en rueda de prensa.
Por su parte, el ministro iraquí de Relaciones Exteriores, Hoshyar Zebari afirmó que es «una decisión muy difícil» y, anque dijo comprender la posición europea, aseguró que «los iraquíes necesitan «una medida disuasoria para crímenes serios o crímenes terroristas graves. Se trata de una decisión muy delicada porque los países de la UE han abolido la pena de muerte. En un Irak democrático, aspiramos a no tener la pena de muerte», manifestó el jefe de la diplomacia iraquí.
El responsable iraquí subrayó que las nuevas autoridades de Bagdad tienen «problemas tremendos de seguridad» así como «graves problemas de orden público» que requieren que el nuevo Gobierno transitorio actúe «con firmeza» con acciones como aplicación de la pena capital.