Al menos cinco infantes de marina estadounidenses y un agente iraquí murieron ayer junto a otros tres civiles, en Samarra, 130 kilómetros al norte de Bagdad, en un ataque de la insurgencia contra el cuartel de las fuerzas de seguridad iraquíes, dijeron fuentes militares estadounidenses.
A estas víctimas hay que añadir cuatro muertos más de los supuestos atacantes, cuya filiación se desconoce por el momento.
Otros 20 marines estadounidenses y treinta agentes iraquíes resultaron también heridos en el ataque de los insurgentes, el más grave sufrido por las fuerzas internacionales desde el traspaso de poder al Gobierno provisional iraquí a fines del pasado mayo.