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Al menos 125 muertos en ataques de la guerrilla islámica en Tailandia

Asaltadas más de una docena de instalaciones militares y policiales

MIGUEL F. ROVIRA-BANGKOK
Al menos 125 personas murieron ayer en combates librados al sur de Tailandia entre fuerzas de seguridad y jóvenes rebeldes musulmanes, que asaltaron más de una docena de instalaciones militares y policiales. Los rebeldes, en su mayoría jóvenes de entre 15 y 20 años que vestían de negro y llevaban cintas rojas en la cabeza, lanzaron los ataques de forma simultánea contra cuarteles y controles de seguridad ubicados en las provincias de Yala y Pattani.

«Lo que pretendían era robar armas», apuntó el primer ministro de Tailandia, Thaksin Shinawatra, y descartó que estos incidentes tuvieran relación alguna con el terrorismo internacional.

La violencia brotó cuando las fuerzas de seguridad, que habían sido alertadas sobre la inminencia de los ataques, repelieron a los asaltantes con contundencia y obligaron a los rebeldes a replegarse y buscar refugio en casas y mezquitas.

Al menos 38 rebeldes perecieron a manos de los efectivos militares tailandeses en la mezquita de Kruesie, en Pattani, donde se habían atrincherado. La liberación de la mezquita se realizó con el empleo de gases lacrimógenos y lanzagranadas, mientras que los defensores se defendían infructuosamente con tiros de fusiles.

«La mayor parte de los muertos son insurgentes», aseguró el jefe de la Policía de la región meridional, general Proong Bunphandung. Al menos tres policías y dos soldados murieron en los diversos combates librados contra los rebeldes, entre los que la mayoría llevaban machetes y una minoría disponía de fusiles ametralladores M-16 y pistolas.

«Ha sido como si hubieran pretendido llevar a cabo una misión suicida. Es muy preocupante», comentó el ministro tailandés de Defensa, general Chetta Thanajaro. El subdirector del Mando Nacional de Seguridad, general Panlop Pimmanee, atribuyó los ataques a los grupos separatistas musulmanes que el pasado enero reanudaron las hostilidades con el asalto a un cuartel del Ejército en la provincia de Narathiwat, del que robaron cerca de 300 armas automáticas tras degollar a cuatro soldados.
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