La izquierda francesa, favorita tras sumar más del 40 por ciento en la primera vuelta de las elecciones regionales, espera arrancar hoy, en la segunda, media docena de regiones a la derecha, que se aferra a la esperanza de conquistar la simbólica región de París para compensar su previsible derrota.
Los comicios, que también renovarán a las autoridades cantonales, se han convertido en un test para el Gobierno conservador de Jean-Pierre Raffarin, que según los resultados podría llegar a dejar el puesto de primer ministro, aunque lo que se prevé es una gran remodelación ministerial con él al timón del nuevo Ejecutivo.
La prensa francesa, que llega a definir la votación como un «Raffarindum», se ha hecho eco ampliamente en los últimos días de los posibles cambios de carteras destinados a dar la impresión al electorado que ha entendido su voto de castigo por su política de reformas.
Raffarin reconoció unas horas antes del final campaña y del inicio de la jornada de reflexión que «hace falta ir más deprisa» para que los franceses vean los efectos de su política y, sobre su continuidad, declaró que las regionales no deben tener consecuencias nacionales.
En la segunda vuelta se producirán cuatro duelos directos entre izquierda y derecha y 17 «triangulares» con el ultraderechista Frente Nacional (FN), que la primera ronda superó en otras tantas regiones el límite del 10 por ciento para mantenerse en la votación y se confirmó su papel de árbitro en el panorama político francés.A ellos se suma la auténtica batalla política que se desarrollará en la isla de Córcega, donde hoy serán siete las formaciones presentes.
En espera de que se produzca un giro en el voto del electorado, lo que no ocurre desde 1978, la derecha ha llamado a la movilización de los abstencionistas para intentar cambiar la tendencia que le dio un 34 por ciento de los votos en la primera ronda.
Los sondeos, sin embargo, indican que será la oposición socialista, aliada en muchos casos a verdes y comunistas, la que pasará a dominar la mayoría de las regiones, invirtiendo la situación actual (14 para la derecha contra 8 de la izquierda).