La guerra de Irak cumple hoy su primer aniversario. El veinte de marzo de 2003 comenzaron a caer las bombas sobre Bagdad y, en pocas semanas, la campaña 'Impacto y pavor' acabó con la ocupación de la capital por parte de las fuerzas estadounidenses.
Sadam Husein, el hombre que había regido el destino de Irak durante más de dos décadas, había sido derrocado. Desde entonces, el panorama ha dado muchos vuelcos, con nuevas instituciones, un incremento de la violencia, la captura del ex presidente y, como elemento más significativo, la constatación de que el régimen de Bagdad no poseía realmente armas de destrucción masiva que amenazaran la paz del mundo.
Hasta la fecha, el único órgano más o menos representativo del país, es el Consejo de Gobierno Transitorio de Irak, constituido por la Autoridad Provisional de la Coalición en julio de 2003. El Consejo cuenta con 25 ministros -en su mayoría antiguos exiliados- y cuenta con algunos poderes importantes, como nombrar y cesar a ministros y controlar el presupuesto nacional, pero lo cierto es que el poder real en Irak recae en la Autoridad Provisional de la Coalición, que controla la «seguridad operativa» y puede vetar decisiones tomadas por el Consejo.
El pasado 8 de marzo, el Consejo de Gobierno aprobó la llamada Ley Administrativa Provisional, una especie de Constitución provisional cuyo articulado legitima la autonomía kurda y establece el Islam como una de las fuentes de la legislación, aparte de consagrar la ocupación y conceder el control de la seguridad del país a las fuerzas de la Coalición. Este texto servirá de Ley Suprema de Irak durante el ejercicio del futuro Gobierno Iraquí Interino, cuya formación está aún por determinar y que deberá estar constituido antes del 1 de julio de 2004, fecha en la que la Autoridad de la Coalición debería disolverse.