MARTA ALTUNA
Los servicios secretos británicos espiaron al secretario general de
la ONU, Kofi Annan, antes del inicio de la guerra en Irak, según
declaró la ex ministra de Desarrollo Internacional, Clare Short,
quien dimitió en mayo de 2003 de su puesto por su desacuerdo con la
política del Gobierno de Tony Blair sobre la guerra. El primer
ministro británico, Tony Blair respondió en su rueda de prensa
mensual a las graves acusaciones asegurando que su Gobierno no ha
hecho nada ilegal.
La ex ministra afirmó a la BBC radio que «este tipo de cosas suceden» y que «durante algún tiempo se hizo con la oficina de Kofi Annan», e incluso aseguró que llegó a leer personalmente algunas «transcripciones de las conversaciones» de Annan, lo cual a su juicio demuestra la participación de los servicios secretos británicos.
Incluso recordó, como anécdota, que durante una conversación que mantuvo por entonces con el secretario general, éste le llegó a decir: «Oh, querida, va a haber una transcripción de esto y la gente sabrá lo que estoy diciendo».
En su comparecencia, Blair repuso que el Reino Unido cumple las leyes internacionales en su búsqueda de información de inteligencia y, tras considerar «profundamente irresponsables» las acusaciones, se negó a hablar más del asunto. Además defendió la labor realizada por los servicios secretos y dijo que quienes los atacan ponen en peligro la seguridad del país. Blair fue mas allá en sus manifestaciones para expresar su malestar y dijo a Short que considere su posición en el Partido Laborista.