Brahimi expresó esta postura tras reunirse en Nayef con el máximo líder del chiísmo iraquí, el gran ayatolá Ali Sistani, quien exige que la consulta popular tenga lugar antes del traspaso de poder, que Washington ha anunciado para el día 30 de ese mes. «El Sayed Ali Sistani insiste en que se convoquen elecciones, y estamos totalmente con él, ya que son el mejor medio para que un pueblo establezca un Estado», dijo el enviado internacional a los periodistas en esa ciudad santa al sur de Bagdad. Señaló que el dirigente chií quiere que los comicios «se preparen bien y se celebren en las mejores circunstancias posibles», algo que aseguró que «nosotros también apoyamos». El enviado internacional evitó referirse, sin embargo, a la fecha en la que cree que se podrían organizar las elecciones. EEUU pretende que un grupo restringido de políticos, tecnócratas, y líderes tribales y religiosos elijan un Gobierno interino que prepare la transición a un sistema plenamente democrático, y propone convocar elecciones directas en el 2005. Los suníes, que gobernaron el país durante décadas hasta la caída del régimen de Sadam Husein, en abril pasado, manifestaron por su parte que no participarán en elecciones organizadas por las fuerzas de ocupación.
Además de Nayaf, la delegación de la ONU tiene previsto visitar otras ciudades iraquíes para entrevistarse con dirigentes tribales y líderes religiosos y políticos locales con el fin de conocer sus opiniones.
En los últimos días el equipo internacional se ha reunido con miembros del Consejo de Gobierno (CG) provisional iraquí, así como con responsables de la Autoridad Provisional de la Coalición, encabezada por el estadounidense Paul Bremer. Desde que los expertos de la ONU llegaron la semana pasada a Irak, la insurgencia iraquí, activa en el llamado «triángulo suní» intensificó sus ataques en la zona.