El presidente de Irán, Mohamed Jatamí, anunció ayer que su Gobierno proseguirá con los preparativos para los comicios del 20 de febrero, después de que conservadores y reformistas llegaran en la noche del lunes a un acuerdo para intentar resolver la crisis. «Estamos decididos a celebrar las elecciones. Nuestro plan es que tengan lugar en la fecha fijada y en un ambiente sano, libre y competitivo», dijo el presidente.
Las palabras de Jatamí, líder de los reformistas, suponen un bálsamo que amaina la crisis política que amenaza al país desde que hace dos semanas el conservador y poderoso Consejo de Guardianes decidiera rechazar 3.605 candidaturas, la mayoría de aspirantes aperturistas.
«Abandonar las elecciones significaría renunciar a la democracia, y eso es algo, que estoy seguro, Dios no aceptará para nuestro pueblo», explicó el presidente. Analistas en la zona explicaban ayer que el anuncio de Jatamí es fruto de una nueva victoria lograda por los reformistas, escasas horas después de que el Consejo de Guardianes pusiera un nuevo obstáculo en su camino.
El mismo martes, los doce miembros de este organismo no electo dominado por el ala más conservadora del régimen, rechazó una serie de enmiendas a la ley electoral que el Parlamento aprobó para restarle poder y evitar el veto a las candidaturas.