EPR/MOSCÚ
Al menos 40 personas murieron y cerca de cien resultaron heridas en
el atentado suicida de ayer por la mañana contra un tren de
cercanías en las proximidades de la ciudad de Essetuki, en el sur
de Rusia, cerca de Chechenia, según el último balance ofrecido por
los servicios sanitarios.
Poco después del ataque, el presidente Vladimir Putin compareció para reafirmar la grave amenaza del «terrorismo internacional» y para asegurar que estas acciones no lograrán «desestabilizar la situación en el país» en vísperas de las elecciones parlamentarias.
La explosión se produjo poco después de que el tren, que se dirigía a la localidad de Mineralnye Vody, en la región de Stravropol, abandonara la estación de Essentuki. El subdirector del servicio de prensa del Ministerio de Situaciones de Emergencia, Viktor Beltsov, precisó que en total 103 personas tuvieron que ser trasladadas a centros hospitalarios para ser atendidas mientras que otras 50 recibieron asistencia médica en ambulatorios.
De acuerdo con el teniente alcalde de Essentuki, Vitaly Mikhotin, citado por Itar-Tass, 22 de los heridos se encuentra en estado grave. «La mayoría de los heridos están ingresados en hospitales de Essetuki, otros diez en Kislovodsk y otro fue trasladado a un hospital de Pyatigorsk», indicó.
Según explicó, una buena parte de las víctimas son jóvenes de entre 16 y 19 años procedentes de Kislovodsk que se dirigían a sus centros de estudio en Pyatigorsk. Asimismo, señaló que los médicos están intentando identificar a las víctimas y elaborar una lista.El artefacto con el que se cometió el ataque, según los cálculos de los expertos citados por la agencia 'Itar-Tass', estaba compuesto probablemente por entre cinco y diez kilos de TNT y la potencia de la deflagración partió en dos el segundo vagón del convoy. Sin embargo, fuentes de la compañía ferroviaria rusa citadas por la agencia 'RIA Novosti' indicaron que la bomba tenía una potencia de 30 kilos de TNT y contaba con trozos de metal, tuercas y tornillos para provocar un mayor daño.