El ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, confirmó a última hora de la tarde de ayer que son siete los españoles muertos y un herido leve, José Manuel Sánchez Riera, que fue trasladado a la unidad médica de la base de Saint Michael donde permanece en observación. Cuatro de los agentes regresaban de una misión e iban a ser relevados por los otros cuatro compañeros. Trillo, que permaneció durante toda la tarde en su despacho junto a sus colaboradores más cercanos para recabar más información sobre el ataque, salió anoche mismo de viaje junto al mallorquín Jorge Dezcallar, director del CNI, a la zona para la repatriación de los cadáveres.
Trillo, quien transmitió a las familias de las víctimas y a las fuerzas armadas su solidaridad y pésame, añadió que los ocho agentes de la Inteligencia española viajaban en dos vehículos civiles de regreso a la base de Diwaniya, tras almorzar en Bagdad, cuando les sorprendió el ataque a primera hora de la tarde. Las armas utilizadas son lanzagranadas RPG y fusiles kalashnikov. A causa del atentado, los dos vehículos resultaron calcinados. Los primeros en llegar al lugar de los hechos fueron las cámaras de un canal de televisión que pudieron captar unas duras imágenes en las que se veía cómo unos curioso festejaban el ataque. Un reportero de la cadena británica Sky News, David Bowden, explicó que la carretera donde los españoles fueron sorprendidos es muy transitada por lo que los vehículos en los que viajaban se habrían convertido en un objetivo fácil para los atacantes. Su compañero, el cámara Adam Murch, dijo que la multitud pateó los cuerpos. Tras el atentado, tres helicópteros de la Brigada Plus Ultra de la base española de Diwaniya, uno de ellos medicalizado, acudieron al lugar del ataque para hacer una inspección aérea. En total, son ya once los españoles que han perdido la vida desde que comenzó el conflicto en Irak, entre ellos los periodistas José Couso y Julio Anguita Parrado.