BEATRIZ SALAS-TEHERÀN
La decisión de Irán de abrir sus instalaciones nucleares a los
inspectores internacionales alejó hoy el peligro que se cernía
sobre este país de ser acusado, como el vecino Irak, de desarrollar
armas de destrucción masiva. Tras meses de crisis, Irán anunció que
se adherirá al protocolo adicional del Tratado de No Proliferación
de Armas Nucleares (TNP) y que suspenderá sus actividades de
enriquecimiento de uranio, tal y como le exigía el Organismo
Internacional de Energía Atómica (OIEA).
La ratificación de este acuerdo por parte de Teherán permitirá a los inspectores de desarme de la ONU visitar sus instalaciones nucleares sin previo aviso, asunto que había sido rechazado por este país al considerar que podría afectar a su soberanía. La aceptación iraní se logró después de una entrevista entre los ministros de Exteriores de Francia, Alemania y el Reino Unido, Dominique de Villepin, Josckha Fischer y Jack Straw, respectivamente, con el director del Consejo Supremo de Seguridad Nacional (CSSN) iraní, Hasan Ruhani.
«El principal objetivo de nuestra visita es intentar mantener la dignidad y la independencia de Irán, así como el respeto mutuo», dijo el jefe de la diplomacia británica tras el encuentro, en el que los diplomáticos europeos intentaron calmar los temores de Irán al reconocer su derecho a tener energía nuclear para fines pacíficos.