Delegados de la Autoridad Palestina y de la oposición israelí han cerrado en Ginebra un borrador de acuerdo, no reconocido por el Gobierno de Ariel Sharon, en virtud del cual los palestinos renuncian al derecho al regreso de los refugiados a Israel a cambio de la soberanía de la Explanada de las Mezquitas. Este compromiso establece la división de Jerusalén Este entre Israel y el futuro Estado palestino. Según informa ayer el diario israelí «Haaretz», el llamado «Acuerdo de Ginebra» fue cerrado ayer en esta ciudad suiza, al término de dos años y medio de negociaciones confidenciales, y se espera que sea firmado en las próximas semanas, seguramente el 4 de noviembre, coincidiendo con el octavo aniversario del asesinato del primer ministro israelí Isaac Rabin. El Ministerio suizo de Asuntos Exteriores ha sido el encargado de mediar y financiar las conversaciones. Fuentes cercanas al jefe de la delegación israelí, el ex ministro laborista Yossi Beilin, citadas ayer por la radio del Ejército, indicaron que Sharon ha sido informado puntualmente del desarrollo de las negociaciones, extremo que la oficina del primer ministro ha desmentido. En la parte palestina, la delegación no es formalmente oficial, pero cuenta con el apoyo del presidente Yasir Arafat, quien está al corriente de todos los detalles.
La clave del acuerdo es la concesión realizada por los palestinos sobre el regreso de los refugiados a territorio israelí, punto en el que Israel se ha negado a hacer concesión alguna, afirmando que la entrada de los cuatro millones de palestinos que reclaman su derecho a volver a sus casas acabaría a la larga con el Estado israelí, por una mera cuestión demográfica. En virtud del Acuerdo de Ginebra, la Autoridad Palestina renuncia al derecho de regreso como principio.