EFE-LA PAZ
El Gobierno de Bolivia se mostró confiado en entablar pronto el
diálogo con los sectores en conflicto, después de que ayer se
registraron cinco nuevas víctimas en la ciudad de El Alto, vecina
de La Paz, lo que eleva a catorce los muertos desde que comenzaron
las protestas en el país hace un mes.
El portavoz presidencial, Mauricio Antezana, señaló que el Ejecutivo espera que las conversaciones «se produzcan en las próximas horas», aunque denunció la existencia de un proceso de golpe de Estado, del que responsabilizó al líder opositor Evo Morales.
Los principales dirigentes de los sindicatos bolivianos se declararon en la clandestinidad, después de que el Gobierno denunciara el intento de golpe de Estado por parte de la oposición. Los dirigentes sindicales temen que el Gobierno quiere matarlos.
En esta población se vivió ayer una nueva jornada de violencia con choques armados entre fuerzas del orden y manifestantes, con un balance de cinco muertos, comunicó la emisora radiofónica Erbol.
Con estas nuevas víctimas, son ya nueve las registradas desde que el miércoles las organizaciones vecinales y la central obrera regional iniciaron un paro cívico indefinido. Las protestas se iniciaron el pasado 15 de septiembre, cuando los campesinos de las poblaciones próximas al lago Titicaca y a la frontera con Perú, decidieron bloquear las carreteras por diversas demandas sectoriales.