FRANCE PRESS - GAZA
Siete palestinos, entre los que había dos niños y un adolescente,
murieron y otros 40 resultaron heridos en una operación lanzada
ayer por el Ejército israelí en Rafá, en el sur de la franja de
Gaza para destruir túneles que, según Israel, sirven para
introducir armas de contrabando desde Egipto. Mientras, en el
ámbito político, se mantienen las gestiones en el seno de la
Autoridad Palestina para propiciar una mediación entre el
presidente palestino, Yasir Arafat, y el primer ministro, Ahmed
Qorei, quien el jueves amenazó con dimitir por sus fuertes
desacuerdos con el «rais» sobre la naturaleza y la composición del
nuevo gobierno palestino.
Por otra parte, fuentes diplomáticas anunciaron en Nueva York que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas decidió ayer en un debate a puerta cerrada celebrar el próximo 14 de octubre una sesión pública para analizar la barrera de seguridad construida por Israel en Cisjordania.
La operación israelí, a cargo de un regimiento de infantería de élite, unidades de ingeniería, vehículos blindados y helicópteros de combate, comenzó en Rafá y su campo de refugiados, en la frontera con Egipto. La operación continuó por la tarde, ya que los militares israelíes encontraron «una fuerte resistencia palestina», según declaró a un oficial. Ibrahim al Qirinawi, de ocho años, otro niño de 12 años cuya identidad no se comunicó y Sami Salá, de 15 años, fallecieron.
Las otras cuatro víctimas son Nader Abú Taha, de 22 años, Mohammad Abdel Wahab, de 23 años, Alaa Numan Mansur, de 33 años, y Atué Abú Mohsen, de 20 años. Con estos decesos, el número de muertos desde que estalló la Intifada a finales de septiembre de 2000 se eleva a 3.534, de los que 2.629 eran palestinos y 842 israelíes. Otros 40 palestinos resultaron heridos, 17 de ellos gravemente, según fuentes de los hospitales.