FERNANDO PAJARES-BOURNEMOUTH
En un discurso apasionado y brillante ante el congreso laborista,
el primer ministro británico, Tony Blair, pidió ayer el apoyo de su
partido para conseguir un histórico tercer mandato en el Gobierno
de este país y defendió con firmeza que «volvería a tomar la
decisión» de ir a la guerra en Irak.
Fiel a su estilo, un Tony Blair combativo y siempre a la ofensiva defendió su decisión de meter al Reino Unido en la guerra de Irak y se mostró absolutamente dispuesto a no dar un paso atrás en el programa de reformas que lo ha mantenido en el poder desde 1997. El discurso, que había levantado una enorme expectación, duró menos de una hora y no defraudó en ningún momento.
Acompañado por una salva de aplausos, el primer ministro británico dijo: «La opción es hacia delante o hacia atrás, y yo sólo puedo ir en un sentido porque me falta la marcha atrás». En este tono, Blair habló a los delegados en la sala y al pueblo que lo escuchaba por televisión de la «fantástica oportunidad» que los laboristas tienen aún por delante «para aprovechar o para perder», y decidió que «es momento de renovación, no de retirada».
El jefe del Gobierno británico afirmó rotundo: «Ningún otro Gobierno laborista ha llegado tan lejos. Tenemos ahora en perspectiva la posibilidad de un tercer mandato. Está ahí. Ganar o perder depende de nosotros. Vamos a por ella». Blair ya tiene el récord de haber sido el primer líder del Partido Laborista, en sus cien años largos de historia, que consigue un segundo mandato consecutivo en el Gobierno del Reino Unido.