El líder del partido gobernante, Alain Juppé, se sentó ayer en el banquillo en un juicio decisivo para su futuro político, sobre los empleos ficticios en la Alcaldía de París y empresas privadas a favor de la formación RPR, cuando el presidente francés, Jacques Chirac, era primer edil de la capital.
Junto a Juppé son juzgados 26 ex cuadros, tesoreros o empleados del partido neogaullista RPR, refundado en 2002 en la gobernante Unión para un Movimiento Popular (UMP), y empresarios.
El tribunal deberá determinar, hasta el fin de la vista el próximo día 17, las responsabilidades por los «empleos ficticios»: el presunto pago de sueldos de empleados del RPR por la Alcaldía de París y empresas, sobre todo constructoras, entre 1988 y 1995.
Juppé, ex primer ministro (1995-97) y actual diputado y alcalde de Burdeos (suroeste), defendió ante la Corte el funcionamiento del RPR, del que era secretario general en el período de los hechos reprochados, y al ex presidente del partido, Chirac, que es el gran ausente de este juicio.
Gracias a la inmunidad penal total de la que goza un jefe de Estado durante su mandato, según decidió el Tribunal Supremo en un caso sobre Chirac, no puede ser perseguido mientras esté en el Elíseo, aunque elementos hallados por los jueces instructores del caso apuntan a que debía estar al tanto de los «empleos ficticios».